Porque para verme necesito mirarte. Acaricio con ternura el dorso de mi mano derecha, allí estuvo la tuya. Fue el último contacto entre tu piel y la mía y aún me quema. Tu piel que la mía ahora reclama con ardiente deseo, su calidez que me hace sentir más hombre, más vivo. En mi muñeca … Sigue leyendo Sin categoría 14/02/2022